Carlos Montero lleva los reflejos de ‘Aqua’ a la Sala Alta del Real Casino
‘Aqua’, la individual de Carlos Montero en la Sala Alta del Real Casino, reúne el trabajo más reciente del artista en dos de sus principales líneas pictóricas: paisajes urbanos después de la lluvia y vistas de calas y el mar. Una colección que continúa la muestra análoga del pintor expuesta en Mazarrón este verano, y que permite sumergirse en unas obras donde el agua es la protagonista.
La Sala Alta del Real Casino está envuelta estos días en olas de espuma y vivas transparencias; horizontes de mar que devuelven el brillo del Sol y paisajes urbanos que recogen el reflejo de faros, transeúntes y monumentales edificios en el suelo y atmósfera de una recién terminada lluvia.
Es ‘Aqua’, la exposición de Carlos Montero (Murcia, 1971) que pone en la Sala Alta del Real Casino su trabajo más reciente. Una colección de más de una quincena de obras que, comisariada por Carmen Celdrán, da continuidad a la muestra de igual título que pudo verse este verano en La Casa del Mar de Mazarrón, y donde las dos líneas pictóricas representadas -marinas y paisajes urbanos con el reflejo provocado por la lluvia- tienen como elemento común el agua, origen de la vida.
El conjunto, además, queda armonizado por el paralelismo en la elección de formatos, con dos cuadros de gran tamaño en la presidencia, uno por cada tema pictórico; obras medianas y pequeñas en una escogida enmarcación en negro y formatos circulares que son ya un sello del artista.
Los paisajes urbanos, con vistas de Murcia y contadas excepciones de calles madrileñas –dos obras dedicadas a Cibeles y Callao-, muestran los reflejos de faros y farolas en el mojado suelo de transitadas calles, que Carlos Montero ha representado con una novedad en su trabajo: la introducción de pintura fluorescente en spray para recrear las luces; una técnica que abre para el artista nuevos caminos de investigación.
Junto a los reflejos de luces urbanas aparece también la imagen desfigurada por el agua de históricos edificios, como el propio Real Casino en la calle Trapería, y muy especialmente el entorno de la Catedral en la plaza Belluga. Para desarrollar los temas, Carlos Montero sale a la calle con la cámara cada vez que llueve, captura los reflejos y luego los trabaja en el estudio para darles la viveza de color que pueden verse en sus cuadros, de manera que la cesada lluvia convierte las calles en contemporáneos espejos donde la ciudad puede mirarse.
Estos paisajes tienen su mayor ejemplo en el óleo sobre lienzo de gran formato que preside la sala al fondo. En él, la fachada de la Catedral, que queda cortada, puede verse completa en el amplio reflejo que protagoniza la superficie del cuadro junto a parte del Palacio Episcopal. El agua de la zona inferior deja entrever los adoquines del pavimento mientras devuelve el color del cielo, y en el cuarto superior del lienzo, dos figuras caminan sobre su reflejo.
Las marinas, de vivos tonos, tienen también una obra de gran formato como cabecera: una ola con atrevidas transparencias en amarillo que quedan equilibradas por los oscuros violetas que le dan cuerpo, y que representa el paisaje de mar, espuma y brillante horizonte que son propios del artista.
Entre los paisajes de calas, pertenecientes a la costa de Mazarrón y también de Cádiz, aparece una obra contenida en el interior de una ventana abierta que actúa a modo de marco. Se trata de una pieza procedente de un proyecto anterior, ‘Perspective on wood’, que Carlos Montero presentó en el Espacio ES/UM del Campus de la Merced, y donde tablones, puertas, cofres y ventanas se convierten en soportes y crean singulares efectos, como el ofrecido por esta obra.
Una exposición, ‘Aqua’, que permite seguir el trabajo de Carlos Montero, y detenerse en unos cuadros que encierran la intensidad de las calas y las sensaciones y contemporánea monumentalidad que transmite la ciudad después de la lluvia.
Del 29 de octubre al 21 de noviembre de 2019
Real Casino de Murcia. C/ Trapería, 18. Murcia.
